sexta-feira, 1 de agosto de 2008

SUEÑO LUCIDO

Los sueños ocupan un lugar central a lo largo de la historia y en las diferentes culturas, la habilidad de recordar o incluso conscientemente alterar un sueño era algo recomendable.
La persona que tenía un “gran sueño” era a menudo considerada como un sacerdote o sacerdotisa, un título ganado por tener la virtud de haber sido bendecido por los dioses.
Cuenta la historia tradicional, que Khyungpo Nyaljor no solo recibía la dirección de su práctica de maestros en forma humana, sino que también recibió revelaciones de las Dakinis (seres celestiales).

Para aumentar el recuerdo de los sueños, lo más importante es que los anotes. Al despertar, no te muevas...quédate quieto y empieza a rememorar lo que soñaste. Recuerda alguna imagen que te haya quedado grabada e intenta reconstruir cómo llegaste a ella. Después, date la vuelta un poco, para cambiar de posición, ya que el cuerpo relaciona posiciones con memoria. En cuanto recuerdes el sueño, escríbelo. Veras como tus sueños van cobrando realidad...

El químico ruso Mendelev descubrió la tabla periódica de clasificación de los elementos según su peso atómico, mientras soñaba. Elias Howe acabó su invento de la máquina de coser también mientras soñaba. La teoría de la relatividad de Albert Einstein le llegó parcialmente en un sueño. Otras creaciones inspiradas en los sueños incluyen piezas maestras de la literatura como La Divina Comedia de Dante, Candide de Voltaire, etc…
No obstante nuestra sociedad, a nivel global ha perdido contacto con el arte de soñar.

La mayoría de la gente tiene sueños para descargar las ondas de la excitación nerviosa que se acumula en sus cuerpos cada día, y si son privados del sueño durante varias noches pueden tener severos disturbios mentales. Sólo aquellos que practican profunda meditación, no necesitan soñar, porque la meditación realiza para ellos el mismo tipo de función de catarsis psíquica que los sueños para los soñadores. Si éstos mantuviesen pensamientos puros y restringieran su dieta, permanecerían en un estado profundo y relajado, sin sueños durante toda la noche y se levantarían frescos aún después de pocas horas de sueño. La mayoría de las personas gasta cerca de la tercera parte de su vida durmiendo y una quinta parte soñando; los yoguis gastan solamente una quinta parte o menos en dormir y poco o nada en soñar.

El Yoga Nidra debe practicarse en una habitación ventilada, sin corrientes de aire, con una temperatura agradable y en semi oscuridad. El Nidra se practica tumbado sobre la espalda, en la postura de relajación (Shavasana), con el cuerpo en el suelo, sobre una colchoneta, manta o alfombra, con los brazos separados y las palmas de las manos hacia arriba, las piernas separadas dejando que los pies se abran hacia el exterior. Es importante que toda la espalda descanse sobre el suelo. Si la zona lumbar no se apoya, es recomendable colocar unos cojines debajo de las rodillas manteniendo la separación de las piernas. También es recomendable colocar unos cojines debajo de la cabeza y de los talones de los pies, ya que a medida que la relajación de va haciendo profunda, se llega a percibir con mucha intensidad el peso de estas zonas y puede llegar a perturbar el Nidra. Es importante no dormir, la comodidad que aporta esta postura, facilita la profundización de la consciencia, pero el riesgo es quedarse dormido, si eso ocurre, cosa que es completamente normal al principio, en el momento que te des cuenta, retomas la práctica y no pasa nada, poco a poco iras adquiriendo control sin esfuerzo, para manejarte en este nuevo estado, y con la práctica aprenderás a permanecer en el estado entre la vigilia y el sueño.
Hoy es posible abrir la comunicación con el sueño consciente es una guía
En el viaje Cósmico.

OM TAT SAT
RAMALA SHIVA

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